viernes, 16 de septiembre de 2011

Como saludar.

A mi llegada a la ciudad de las nubes, me esperaban dos miembros de la familia pe, la super heroina De, que lidera el grupo, y su primer hijo Jota que pisa el cuarto de siglo.

Estaba nerviosa, y previamente había imaginado el momento del contacto físico, pero no tenía ni idea de cómo me iban a saludar, así que yo me dejé llevar. De, me dió un cálido abrazo, y Jota me dió la mano, hasta aquí todo bien.

Tras un trayecto de cuarenta minutos por la izquierda, con sus correspondientes rotondas a la izquierda, y sus correspondientes volantes a la izquierda, llegamos a “la casa”.

Un caballo de pelo largo nos recibe ladrando y se presenta en inglés diciendo, soy Youi. En la casa, nos esperan los demás.

El vicepresidente de ésta república, Erre, que me da la mano la mano indiferente. La princesa Ene, me da dos besos, no entiendo porqué, y por último el prometido de la princesa Ene, Je, intenta repetir la gracia de su chica, y a continuación detallo el momento.

Je, me coge por los hombros, me tira por la derecha. Yo, le hago la cobra. Me tira por la izquierda, y yo nuevamente le hago la cobra, me tira otra vez por la izquierda, me deja fuera de juego, y acabamos besándonos en la boca. PAMEARYNOECHARGOTA. Acabo de llegar, y acabo de darle un pico al novio de la hija, delante de todos. Y encima al tipo, no lo tocaba ni con un puntero láser.

Tras unas risas y nos cuantos sourris, me dicen que los reyes de la casa, An & Ese, se han retirado a sus aposentos. Mañana tendré el gusto de conocerlos.

Conclusión, da la mano siempre.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Hola

Hace un mes y medio, cuando vivía en una vida perfecta.
A uno de los pájaros de mi cabeza, se le ocurrió que debiamos mudarnos a otro planeta. Y yo que no soy nadie para llevarle la contraría, me puse a buscar un nuevo rumbo para mi y mis pájaros.
Por votación popular, elegimos en un planeta dónde no saben lo que es el sol, dónde las chicas visten de nochevieja diariamente, y dónde los hombres son de color rosa.
Tras un trayecto de dos horas en autobusvolador, y con mi vida en una maleta de veinte kilos, dejé atrás mis setenta y tres pares de zapatos, mi cachorro de yeti y mi maravilloso loft en el barrio de moda b'bridge.